Bitcoin y oro: el nuevo patrón del sistema monetario en la era post-pandemia
En los últimos años, la correlación entre el Bitcoin y el precio del oro ha aumentado significativamente, y este fenómeno coincide con la llegada de la era post-pandémica. Este artículo explorará por qué en esta nueva era, el Bitcoin tiene el potencial de participar en la importante transformación del sistema monetario internacional. El punto central es que la transformación actual del sistema monetario internacional acelerará de manera sin precedentes las propiedades de "oro" del Bitcoin, haciendo que su valor como moneda de reserva entre en la visión mainstream gradualmente.
Al revisar la historia de la moneda, podemos ver que los metales preciosos, especialmente el oro, se convirtieron en los pioneros del consenso humano: la moneda, debido a su escasez, divisibilidad y facilidad de almacenamiento. En la era moderna, en 1819, Gran Bretaña estableció el patrón oro, y la principal responsabilidad de los bancos centrales de los países era mantener la paridad oficial entre su moneda y el oro. Después de las dos guerras mundiales, se estableció el sistema de Bretton Woods, que normativizó y institucionalizó aún más el patrón oro.
Sin embargo, existe una contradicción inherente entre el dólar y el oro como moneda mundial. El desarrollo económico requiere aumentar la oferta monetaria, pero esto puede llevar a la devaluación de la moneda; mantener la estabilidad del dólar requiere un equilibrio en la balanza de pagos internacionales, lo que limita el aumento de la oferta monetaria. Este es el famoso "dilema de Triffin". En 1976, se desmoronó el sistema de Bretton Woods y se estableció el sistema de Jamaica, desvinculando al dólar del oro, que, gracias a su posición fuerte, se convirtió en la moneda de referencia mundial.
La hegemonía del dólar, aunque ha impulsado el comercio internacional y el desarrollo de la economía global, también enfrenta dilemas inherentes. La potencia de Estados Unidos no puede ser fuerte para siempre, y el "impuesto de moneda" que cobra la hegemonía del dólar también dificulta que este enorme sistema se despegue. Durante la pandemia, este problema se ha agravado aún más, con una expansión desenfrenada de la deuda gubernamental. Además, los problemas geopolíticos también se han vuelto cada vez más prominentes, y la exclusión de Rusia del sistema SWIFT marca un punto de inflexión clave en la tendencia de gran diversificación en el ámbito monetario.
A pesar de ello, la posición del dólar como moneda internacional sigue siendo insustituible a corto plazo. A finales de 2023, la participación de Estados Unidos en la economía global sigue siendo del 25%, y la proporción del dólar en los pagos monetarios globales alcanza el 48%, mientras que en las reservas de divisas internacionales alcanza el 59%. Sin embargo, las semillas del cambio ya han sido sembradas; el sistema de Jamaica, basado en la hegemonía del dólar, difícilmente podrá escapar del torrente de la historia bajo el nuevo panorama geopolítico y el desarrollo tecnológico.
¿Cómo será el sistema monetario internacional en el futuro? El Banco Mundial predijo en 2011 tres posibilidades: la continuidad de la hegemonía del dólar, la coexistencia del dólar, el euro y alguna moneda asiática, o la adopción generalizada de los Derechos Especiales de Giro (SDR). A día de hoy, la "desdolarización" se ha convertido en un consenso, solo es cuestión de tiempo para que la cantidad se convierta en calidad. Eventos como la pandemia de COVID-19, conflictos geopolíticos y cambios políticos están acelerando este proceso.
El proceso de "desdolarización" podría acelerarse repentinamente en varias situaciones. Primero, la aceleración de la segmentación de la cadena industrial: el sistema global de división y cooperación industrial podría revertirse, priorizando la seguridad sobre el desarrollo en muchos escenarios. En segundo lugar, factores geopolíticos: las relaciones internacionales son cada vez más complejas, y en el futuro podría formarse un equilibrio multipolar.
Tras la gradual disolución de la hegemonía del dólar, el continuo desarrollo del comercio global podría llevar a la formación de un sistema de monedas de reserva múltiples, con el dólar, el euro y el renminbi como principales, y la libra esterlina, el yen, los DEG, entre otros, como complementos. Otra posibilidad es regresar al patrón oro, o bien, transitar hacia un sistema de "moneda externa" respaldado por oro y otros productos.
Independientemente de cómo evolucione el sistema monetario en el futuro, es un hecho indiscutible que la desdolarización se ha acelerado claramente en la era posterior a la pandemia. Esta tendencia se refleja en los mercados financieros en dos direcciones: una es que el precio del oro se desvincula de la lógica tradicional de fijación de tasas de interés reales; la otra es que el Bitcoin se libera de la lógica de fijación de precios de activos de riesgo tradicionales. El desempeño de estos dos activos en la nueva era merece nuestra atención continua y un análisis profundo.
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NewDAOdreamer
· 07-08 17:53
¿Se acabó la hegemonía del dólar?
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GasFeeNightmare
· 07-07 11:17
¿El oro y el BTC? No hay comparación.
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DegenRecoveryGroup
· 07-06 08:09
¿Todavía estás pensando si mañana va a subir~
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RugResistant
· 07-06 08:03
¡Vaya! El precio del oro ha subido.
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InscriptionGriller
· 07-06 07:51
Los estadounidenses van a perder ante los tontos esta vez.
En la era posterior a la pandemia, el Bitcoin podría convertirse en un nuevo papel en la transformación del sistema monetario.
Bitcoin y oro: el nuevo patrón del sistema monetario en la era post-pandemia
En los últimos años, la correlación entre el Bitcoin y el precio del oro ha aumentado significativamente, y este fenómeno coincide con la llegada de la era post-pandémica. Este artículo explorará por qué en esta nueva era, el Bitcoin tiene el potencial de participar en la importante transformación del sistema monetario internacional. El punto central es que la transformación actual del sistema monetario internacional acelerará de manera sin precedentes las propiedades de "oro" del Bitcoin, haciendo que su valor como moneda de reserva entre en la visión mainstream gradualmente.
Al revisar la historia de la moneda, podemos ver que los metales preciosos, especialmente el oro, se convirtieron en los pioneros del consenso humano: la moneda, debido a su escasez, divisibilidad y facilidad de almacenamiento. En la era moderna, en 1819, Gran Bretaña estableció el patrón oro, y la principal responsabilidad de los bancos centrales de los países era mantener la paridad oficial entre su moneda y el oro. Después de las dos guerras mundiales, se estableció el sistema de Bretton Woods, que normativizó y institucionalizó aún más el patrón oro.
Sin embargo, existe una contradicción inherente entre el dólar y el oro como moneda mundial. El desarrollo económico requiere aumentar la oferta monetaria, pero esto puede llevar a la devaluación de la moneda; mantener la estabilidad del dólar requiere un equilibrio en la balanza de pagos internacionales, lo que limita el aumento de la oferta monetaria. Este es el famoso "dilema de Triffin". En 1976, se desmoronó el sistema de Bretton Woods y se estableció el sistema de Jamaica, desvinculando al dólar del oro, que, gracias a su posición fuerte, se convirtió en la moneda de referencia mundial.
La hegemonía del dólar, aunque ha impulsado el comercio internacional y el desarrollo de la economía global, también enfrenta dilemas inherentes. La potencia de Estados Unidos no puede ser fuerte para siempre, y el "impuesto de moneda" que cobra la hegemonía del dólar también dificulta que este enorme sistema se despegue. Durante la pandemia, este problema se ha agravado aún más, con una expansión desenfrenada de la deuda gubernamental. Además, los problemas geopolíticos también se han vuelto cada vez más prominentes, y la exclusión de Rusia del sistema SWIFT marca un punto de inflexión clave en la tendencia de gran diversificación en el ámbito monetario.
A pesar de ello, la posición del dólar como moneda internacional sigue siendo insustituible a corto plazo. A finales de 2023, la participación de Estados Unidos en la economía global sigue siendo del 25%, y la proporción del dólar en los pagos monetarios globales alcanza el 48%, mientras que en las reservas de divisas internacionales alcanza el 59%. Sin embargo, las semillas del cambio ya han sido sembradas; el sistema de Jamaica, basado en la hegemonía del dólar, difícilmente podrá escapar del torrente de la historia bajo el nuevo panorama geopolítico y el desarrollo tecnológico.
¿Cómo será el sistema monetario internacional en el futuro? El Banco Mundial predijo en 2011 tres posibilidades: la continuidad de la hegemonía del dólar, la coexistencia del dólar, el euro y alguna moneda asiática, o la adopción generalizada de los Derechos Especiales de Giro (SDR). A día de hoy, la "desdolarización" se ha convertido en un consenso, solo es cuestión de tiempo para que la cantidad se convierta en calidad. Eventos como la pandemia de COVID-19, conflictos geopolíticos y cambios políticos están acelerando este proceso.
El proceso de "desdolarización" podría acelerarse repentinamente en varias situaciones. Primero, la aceleración de la segmentación de la cadena industrial: el sistema global de división y cooperación industrial podría revertirse, priorizando la seguridad sobre el desarrollo en muchos escenarios. En segundo lugar, factores geopolíticos: las relaciones internacionales son cada vez más complejas, y en el futuro podría formarse un equilibrio multipolar.
Tras la gradual disolución de la hegemonía del dólar, el continuo desarrollo del comercio global podría llevar a la formación de un sistema de monedas de reserva múltiples, con el dólar, el euro y el renminbi como principales, y la libra esterlina, el yen, los DEG, entre otros, como complementos. Otra posibilidad es regresar al patrón oro, o bien, transitar hacia un sistema de "moneda externa" respaldado por oro y otros productos.
Independientemente de cómo evolucione el sistema monetario en el futuro, es un hecho indiscutible que la desdolarización se ha acelerado claramente en la era posterior a la pandemia. Esta tendencia se refleja en los mercados financieros en dos direcciones: una es que el precio del oro se desvincula de la lógica tradicional de fijación de tasas de interés reales; la otra es que el Bitcoin se libera de la lógica de fijación de precios de activos de riesgo tradicionales. El desempeño de estos dos activos en la nueva era merece nuestra atención continua y un análisis profundo.