En una sociedad en decadencia espiritual, la gente se obsesiona con los estafadores, perdona a los delincuentes, odia a quienes dicen la verdad y adora a los malvados.
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En una sociedad en decadencia espiritual, la gente se obsesiona con los estafadores, perdona a los delincuentes, odia a quienes dicen la verdad y adora a los malvados.