Varias verdades sociales que muchas personas no logran comprender en toda su vida: la competencia justa es solo la ley de funcionamiento de las clases bajas, mientras que las clases altas pueden completar el paso fácilmente gracias a las relaciones y al dinero. En realidad, este mundo tiene dos órdenes: uno que promueve la benevolencia y la moral, y otro que practica el valor y el interés, pero la mayoría de las personas acepta solo el primer orden, mientras que los hijos de los ricos aprenden el segundo. Los beneficiarios finales de los intereses suelen ser un grupo de personas que no siguen las reglas; utilizan diversos medios para obtener lo que desean, y después de tener éxito, redefinen las reglas para que otros las sigan, asegurando así que sus propios intereses no se vean perjudicados. Desde la perspectiva de la supervivencia, las necesidades materiales de una persona son en realidad pocas; la mayoría de los objetos que se compran son dotados de valor y significado por los comerciantes, y estos valores traen consigo una vanidad y felicidad que, por un lado, impiden que busques tus verdaderas necesidades, y por otro, vacían tu Billetera de manera indirecta. Este mundo es como un casino, donde hay tres tipos de personas: una que se encarga de montar el juego, otra que controla el juego, y una tercera que apuesta y proporciona recursos al casino; el 99% de las personas son del tercer tipo, el 1% del segundo tipo, y solo el 1% del 1% pertenece al primer tipo. Lo que se enseña en las escuelas solo te hace entender las cosas, no te hace rico; el propósito de la educación es formar talento estandarizado para mantener el funcionamiento normal de la sociedad, en cuanto a cuánto puedes ganar, eso depende de tus propias habilidades; la educación estandarizada solo te permitirá tener un ingreso estandarizado.
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Varias verdades sociales que muchas personas no logran comprender en toda su vida: la competencia justa es solo la ley de funcionamiento de las clases bajas, mientras que las clases altas pueden completar el paso fácilmente gracias a las relaciones y al dinero. En realidad, este mundo tiene dos órdenes: uno que promueve la benevolencia y la moral, y otro que practica el valor y el interés, pero la mayoría de las personas acepta solo el primer orden, mientras que los hijos de los ricos aprenden el segundo. Los beneficiarios finales de los intereses suelen ser un grupo de personas que no siguen las reglas; utilizan diversos medios para obtener lo que desean, y después de tener éxito, redefinen las reglas para que otros las sigan, asegurando así que sus propios intereses no se vean perjudicados. Desde la perspectiva de la supervivencia, las necesidades materiales de una persona son en realidad pocas; la mayoría de los objetos que se compran son dotados de valor y significado por los comerciantes, y estos valores traen consigo una vanidad y felicidad que, por un lado, impiden que busques tus verdaderas necesidades, y por otro, vacían tu Billetera de manera indirecta. Este mundo es como un casino, donde hay tres tipos de personas: una que se encarga de montar el juego, otra que controla el juego, y una tercera que apuesta y proporciona recursos al casino; el 99% de las personas son del tercer tipo, el 1% del segundo tipo, y solo el 1% del 1% pertenece al primer tipo. Lo que se enseña en las escuelas solo te hace entender las cosas, no te hace rico; el propósito de la educación es formar talento estandarizado para mantener el funcionamiento normal de la sociedad, en cuanto a cuánto puedes ganar, eso depende de tus propias habilidades; la educación estandarizada solo te permitirá tener un ingreso estandarizado.